EVA LUNA HACE SU ENTRADA TEATRAL EN REPERTORIO ESPAÑOL CON ESTUPENDO ELENCO

Por Nilda Tapia McKenna
La aclamada novela de la chilena Isabel Allende, “Eva Luna”, sube a escena en el Teatro de Repertorio Español, el 3 de junio, 2022, de la mano de la galardonada dramaturga Caridad Svich y dirigida con mucha amplitud de criterio por la colombo-americana Estefanía Fadul, de destacada labor en el teatro de desarrollo norteamericano.
Con un elenco fuera de lo acostumbrado por Repertorio, la producción logró un equipo de personalidades del teatro latinoamericano que hizo brillar esta presentación hasta en los mínimos detalles.
Comencemos por la ambientación escénica que la considero muy bien lograda para esta obra. Gira alrededor de un andamio que se mueve constantemente, al mismo estilo que Pepe Cibrian, hijo, concibió el “Drácula” a finales del Siglo XX, obra que fuera vista ya por tres generaciones de teatristas de Buenos Aires y que aparentemente ha dejado huellas. Traer esa ambientación para Eva Luna fue tan eficaz como inspiradora. El andamio nos dijo de dónde venía nuestra protagonista. De un ambiente casi precario y en contínuo movimiento, donde la vida de la joven era tan efímera como insegura. Los distintos caracteres de esta obra se iban añadiendo sigilosamente para cambiar cada escena con esa sutileza que un elenco de creadores ejecuta. Excelente el detalle de movimiento escénico.
Los momentos cruciales de la vida de Eva fueron extraídos de la novela original con la agudeza selectiva que ha mostrado la Svich en tantas otras ocasiones, ya sea con obras de Vargas Llosa como García Márquez. Ella logra con su síntesis obras de una calidad única en su género.
Andrea Velasco, actriz, directora, cantante chilena, nos creó una Eva Luna con una marcada ingenuidad, nutrida por una innata perspicacia de la niña que tiene que luchar hasta por un suspiro para conseguir sobrellevar los avatares de su sobrecargada vida junto a su madre cuya indigente existencia cuenta solo con su natural perspicacia de madre y protectora. La Eva de la Velasco nunca olvida lo aprendido y sigue escalando posiciones hasta logar su deseado cometido: convertirse en narradora de sus propias vivencias y llegar a brillar haciéndolo.
Entre un excelente elenco, siempre surgen los que más pesan y más conocimiento tienen de las tablas que pisan. La cubana Zulema Clares se pasó de lista en La Señora como en La Patrona. El ecuatoriano Fernando Vieira estuvo estupendo en La Mimí, y el argentino-americano Gonzalo Trigueros supo comunicar su presencia por esa calidad que le brinda el cine a los actores que saben proyectar aún sin parlamento. Muy notable su Huberto Naranjo como su Kamal. Y el venezolano Pablo Andrade jugó cómodamente con su papel del joven atractivo Rolf Carlé. Belange Rodríguez sobresalió tanto como Consuelo como con Elvira.
Un renglón aparte merecen Rafael V. Cañals Pérez en la exquisita coreografía de movimiento, como Lauren Kiele DeLeón en coreografiar la lucha escénica como la íntima y el grupo Dots por el diseño escenográfico y por el manejo exquisito del andamiaje. Un logro escénico.
Otro acierto para esta aplaudida producción fueron las proyecciones a cargo de Stefanía Bulvarella. Y no quisiera cerrar mis comentarios sin mencionar a la asistente de dirección, Valeria Llaneza, cuyo aporte no puede negarse debido a la gran influencia que tuvo esta obra en su concepción muy rioplatense.
En pocas palabras, podemos decir lo mismo que la gran Isabel Allende dijo luego de presenciar otro acierto de Caridad Svich, “La Casa de los Espíritus”: –cuánto se ha logrado con tan poco dinero y tanto talento.
Ojalá la pandemia en Chile merme sus efectos y Doña Isabel pueda regresar a los Estados Unidos a ver su Eva Luna en una producción que hará historia.